La verdad soble la Venida de Jesús
INTRODUCCIÓN:
Por siglos, y probablemente mientras que el hombre ha existido él ha
deseado conocer el futuro. Conocer, idealmente, sería preparar. No conocer
deja un gustillo de temor, pues el hombre teme lo desconocido. Por eso, los
adivinos y los horóscopos están teniendo un avivamiento fenomenal
aún en esta era de grandes adelantos científicos. Hay una sensación
inexplicable en el aire que permite que todos los que son sensibles a esto,
sepan que las circunstancias no pueden continuar como ellas son. Algún
acontecimiento grande debe suceder pronto. ¿Qué será?
Aquellos que reconocen que la Biblia es la Palabra de Dios divinamente inspirada y la han estudiado, saben cuál es ese evento. Pronto tendrá lugar, aunque ningún hombre sabe el día o la hora, es el retorno del Señor Jesucristo en las nubes de gloria para recoger a Su iglesia para estar con El, para siempre.
PROMESAS DE SU SEGUNDA VENIDA:
La promesa de Jesús, de retornar y llevarse a Su iglesia para que esté
con El para siempre es mencionada por diferentes personas como el rapto, la
translación, o la segunda venida. Algunas escuelas del pensamiento creen
que el rapto y la segunda venida son dos acontecimientos diferentes. Su idea
es que el rapto ocurrirá antes de la gran tribulación y la segunda
venida después de la tribulación. Otros creen que el rapto y la
segunda venida son uno y el mismo aconte cimento después de la gran tribulación.
No importa que idea tiene un individuo todos concuerdan que es un hecho bíblico
que Jesús vendrá otra vez.
Este regreso será una aparición literal del Señor Jesucristo
para llevarse de la tierra una iglesia gloriosa para que esté con El
para siempre. Esta iglesia, aquellos que se han arrepentido de sus pecados,
han sido bautizados en el precioso nombre de Jesús, llenos con Su Espíritu
Santo y están viviendo una vida santa delante de El, será la esposa
de Jesús. Por eso, la iglesia espera la gloriosa aparición de
su Esposo. El prometió que El vendría y una novia pura espera
Su regreso.
Jesús, mientras estaba en la tierra, dio Su palabra que si se fuera, regresaría pronto. Estas fueron palabras de consuelo para Sus discípulos. "No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mi mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis" (Juan 14:1-3). Tal promesa animaría el corazón de cualquier futura esposa. Pasar la eternidad con Jesús, el mismo Señor de gloria, es la utopía que cada hombre busca.
Pablo escribió a Tito y habló de, "Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a Si mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para si un pueblo propio, celoso de buenas obras" (Tito 2:13-14). Pablo, a pesar de haber sido prisionero, azotado, náufrago y despreciado, consideró que valió la pena todo, al pensar en lo que Jesús había hecho por él y que algún día Jesús regresaría por él. Así pasa con cada hijo de Dios. Ninguna aflicción o tribulación es demasiada para soportar cuando él piensa de esa "esperanza bendita" que es suya. ¡Algún día Jesús regresará!
Pablo explicó brevemente en I Corintios (Capítulo 15) lo que pasará cuando Jesús regrese. Algunos profetas falsos habían estado enseñando que no habrá resurrección de los muertos. Esta enseñanza, Pablo dijo, estaba completamente en contra del hecho que Jesucristo había resucitado de la muerte. Y si Jesús no hubiera resucitado, después de haber sido crucificado en la cruz del Calvario por los pecados del hombre, luego el hombre no tendría esperanza de salvación. Pero Jesús sí resucitó y El llegó a ser hecho primicias de los que durmieron (muertos). Jesucristo preparó el camino con Su muerte, sepultura, y resurrección e hizo posible para que la Iglesia sea resucitada. "He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria" (I Corintios 15:51 -54).
Ya sean muertos o vivos, aquellos que han aceptado el evangelio del Señor Jesucristo serán arrebatados para reunirse con Jesús a Su retorno. Los que están muertos en Cristo tendrán la ventaja de resucitar primero, "Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras" (I Tesalonicenses 4:13-18).
ESPERANZA PARA LA IGLESIA: DESESPERACIÓN PARA
OTROS:
La iglesia posee una esperanza. Ellos no solo gozan de las bendiciones de una
vida llena del Espíritu Santo en la tierra sino que son alentados por
la esperanza de una vida eterna. Aunque el pecado y la desesperanza los rodeen,
ellos pueden enfrentar al mundo con gozo y paz en sus almas. Jesucristo les
propuso matrimonio, ellos han aceptado y no tienen nada que temer.
Sin embargo, lo que entristece a la iglesia, son los millones que no han aceptado
la proposición de Jesús. Cuando Jesús regrese a llevarse
a Su iglesia muchos serán dejados atrás. Esta gente no tendrá
esperanza. Ellos habrán perdido la única esperanza para el hombre
en esta dispensación, y serán dejados para ser juzgados por sus
pecados. Ellos recibirán la paga del pecado, la muerte (Romanos 6:23),
y serán echados al infierno para sufrir el castigo eterno donde será
el lloro y el crujir de dientes (Mateo 25:30). Perder el rapto es perder todo.
JESÚS ADVIRTIÓ PARA ESTAR LISTOS:
La mayoría de los que pierdan el rapto serán los que no creen
que tendrá lugar. Muchos otros lo perderán porque ellos sienten
que son buenos y no necesitan prepararse para el rapto. Otros reconocerán
que no están listos pero que no ven la urgencia o la necesidad de prepararse,
¡ahora!
Jesús advirtió que muchos serán dejados, "Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada. Dos estarán en el campo, el uno será tomado, y el otro dejado" (Lucas 17:34-36). Más adelante, Jesús les advirtió, "Velad, pues, porque no sabéis a que hora ha de venir vuestro Señor" (Mateo 24:42).
Jesús dijo la parábola de las diez vírgenes, cinco prudentes y cinco insensatas, quienes esperaban por el esposo; para dar énfasis a la importancia de estar listos para Su aparición. Las cinco vírgenes insensatas, siendo descuidadas, no tomaron consigo el aceite y no pudieron salir al encuentro cuando el esposo vino. En consecuencia, las cinco vírgenes prudentes se fueron con el esposo; y las cinco vírgenes insensatas fueron dejadas atrás. ¡Qué tontas fueron! No obstante, a pesar de esta advertencia mucha gente necia no hará caso de esto y será dejada atrás. ¡Es tan triste; pero tan cierto!
CONCLUSIÓN:
Jesucristo regresará en las nubes de gloría para recoger a una
iglesia gloriosa. Esta iglesia, llamada Su esposa, será una iglesia pura,
sin mancha o arruga. Ellos habrán obedecido Su plan de salvación,
atendido Su advertencia de estar listos, y estarán esperando Su retorno.
Mientras que muchos, muertos y vivos, serán tomados, la mayoría será dejada. "Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan" (Mateo 7:14). El gozo de aquellos que serán llevados será grande y pleno. La condición de los que se quedarán será triste y dolo-rosa. La diferencia será en: ir a un lugar donde el Cordero (Jesucristo) es la luz, donde no habrá tristeza, ni dolor, ni pesar. . .; o ir a un lugar donde hace más calor que algún lugar que el hombre jamás haya conocido y donde la aflicción y el llanto jamás cesarán. Cielo e infierno son dos lagares absolutamente opuestos y no hay un lugar intermedio. Cada individuo escoge, por su reacción al evangelio del Señor Jesucristo, ir a un lugar o al otro. Después que el Señor regrese la decisión será sellada para la eternidad.
Al momento de escribir este folleto, y confiamos que al momento de esta lectura,
los hombres aún tienen tiempo de hacer la correcta elección. Elegir
para venir al Señor Jesucristo en arrepentimiento, bautismo en Su nombre
y ser llenos con el Espíritu Santo es la única elección
razonable que se debe hacer. Aquellos que lo hagan, tienen la "bendita
esperanza" de Su aparición
y pueden decir como Juan el autor de la Revelación de Apocalipsis, "Amén,
sí, ven Señor Jesús" (Apocalipsis 22:20).