EN
LAS EPÍSTOLAS
Así como nosotros leemos
las Epístolas, podremos notar la seriedad que los Apóstoles
sintieron acerca del Evangelio (las buenas nuevas) de Salvación,
esto no es porque ellos hallan sido juzgadores, pero es porque ellos
conocieron las palabras que Jesús les dio para que proclamen
el juicio para todos los hombres.
¿Que fue lo que Pedro dijo?
Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad ...
por la palabra de Dios ... y esta es la palabra que por el Evangelio
es predicada a ustedes (I Pedro 1:22-25).
¿La obediencia a la palabra de Dios purifica nuestras almas?
Pedro hizo una pregunta:
¿Cuál será el fin de aquellos que no obedecen
el Evangelio de Dios?
(I Pedro 4:17-18).
Pablo dio la respuesta:
El señor Jesús será revelado de los cielos con
sus ángeles de su potencia en llama de fuego; para dar el pago
a los que no conocieron a Dios, ni obedecieron el evangelio de nuestro
Señor Jesucristo. Los cuales serán castigados de eterna
perdición por la presencia del Señor, y por la gloria
de su potencia (II Tesalonicenses 1:7-9).
Es eternamente importante obedecer el evangelio!
¿Que dijo Pablo?
Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis traspasado del
que os llamó a la gracia de Cristo, a otro evangelio no que
haya otro, sino que algunos os inquietan, y quieren pervertir el evangelio
de Cristo. Más aún si nosotros, o un ángel del
cielo os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado,
sea anatema, como antes hemos dicho también ahora decimos,
otra vez si alguno os anunciare otro evangelio diferente del que habéis
recibido sea anatema (Gálatas 1:6-9)
Hay solamente un evangelio!
¿Que dijo Santiago?
Recibid con mansedumbre la palabra ingerida, la cual puede hacer salvas
vuestras almas. Mas sed hacedores de la palabra y no tan solamente
oidores, (engañados a vosotros mismos) porque si alguno oye
la palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre
que considera en un espejo su rostro natural porque se consideró
a si mismo, y se fue y luego se olvidó que tal era (Santiago
1:21-24).
La Palabra puede salvar nuestras almas.
Santiago nos dice que si vemos algo que necesitamos hacer, cuando
nos vemos en el "espejo de la palabra", nosotros debemos
hacerlo, ahora consideremos nosotros, que vamos hacer con lo que hemos
escuchado.
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