Por qué Bautizamos en el Nombre de Jesús
El tema del "'bautismo en agua'' por mucho tiempo ha
sido considerado un gran asunto, y sin duda, ha sido hecho tal por muchos líderes
eclesiásticos de tiempos pasados y actuales. En nuestro estudio del bautismo,
considéremonos primeramente su importancia o sea, la necesidad del ser
bautizado en agua.
La Importancia del Bautismo en Agua
Bautismo en agua es una ordenanza instituida por Jesucristo. Si no es importante
en el plan de Dios, ¿por qué lo ordenó Jesús? (Mateo
28:19). Y ¿por qué siguió Pedro también diciendo,
''bautícese cada uno de vosotros," y mandó a ser bautizados
los gentiles? (Hechos 2:38; 10:48). Hay dos cosas sobre la importancia del bautismo
en agua que debemos recordar. Primeramente: Todo lo que Cristo estableció
u ordenó definitivamente, ya sea que lo entendamos o no, no puede ser
de poca importancia. Segundo: Cristo y los apóstoles mostraron la importancia
de esta ordenanza por su observarla. Jesús andó por muchos kilómetros
para ser bautizado, aunque el era sin pecado, y dijo: "porque así
conviene que cumplamos toda justicia'' (Véase Mateo 3:13-16).
Es cierto que el agua en sí no tiene virtud para salvarnos, pero Dios
ha escogido incluirla en su plan de la salvación. Pedro lo explica cuando
dice: "El bautismo ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne,
sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección
de Jesucristo (I Pedro 3:21). Según Lucas 7:30, hallamos que "los
fariseos y los intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios
respecto de sí mismos, no siendo bautizados."
El Modo de Bautizar
Según las sagradas Escrituras, el modo correcto de bautizar es por inmersión.''Y
Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua"
(Mateo 3:16). "Y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó"
(Hechos 8:38). "Porque somos sepultados juntamente con el para muerte por
el bautismo" (Romanos 6:4). Un cadáver no es enterrado por ponerlo
sobre la tierra, y roscándolo con un poquito de tierra; sino por ponerlo
dentro la tierra, cubriéndolo por completo.
Según la "Enciclopedia Mundial" "En el principio, todo
bautismo fue por inmersión completa" (Vol. I, Página 651).
Y la Enciclopedia Católica dice: "En los siglos tempranos, todos
fueron bautizados por inmersión en arroyos, lagunillas y bautisterios"
(Vol. II, Página 263). Después que la iglesia Católica
romana instituyó el bautismo de infantes, la inmersión no les
era conveniente; entonces cambiaron el modo al de rosear. (Véase la Enciclopedia
Británica, Edición Once, Vol. 3, página 365-366).
El arrepentimiento nos identifica con la muerte de Cristo, y el bautismo nos
identifica con su entierro. Saliendo del sepulcro de agua y recibiendo la vida
nueva en el Espíritu Santo nos identifica con su resurrección.
La Fórmula Para Bautizar
Jesús mandó a sus discípulos "haced discípulos
a todas las naciones, bautizándolos en el nombre (singular) del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo." El no los mandó a usar
esa fórmula, sino les mandó a bautizar en "el nombre."
La palabra nombre siendo aquí usado en el singular, es el foco de esta
comisión. Los títulos Padre, Hijo y Espíritu Santo describen
las relaciones de Dios con la humanidad y no son el nombre supremo salvador
dado a nosotros, el cual es Jesús. "En ningún otro hay salvación;
porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos
ser salvos" (Hechos 4:12).
El nombre de Jesús nos revela las funciones del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. El ángel de Dios instruyó a José,
"Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús,
porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mateo 1:21).
Jesús dijo, "Yo he venido en nombre de mi Padre" (Juan 5:43),
y "Mas el consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará
en mi nombre" (Juan 14:26). Así que cuando bautizamos en el nombre
de Jesús, honramos a la Divinidad. "Porque en él habita corporalmente
toda la plenitud de la Deidad" (Colosenses 2:9).
Lucas 24:45-47 nos dice que el Señor Jesús les abrió el
entendimiento de sus discípulos, justo antes de la ascensión.
Fue necesario que les abriera el entendimiento; y muchos hoy en día necesitan
la misma operación para que entiendan las Escrituras. Entonces Jesús
les dijo, "Así está escrito, y así fue necesario que
el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día'' (Versículo
46). Se abrió el entendimiento de los discípulos para que pudieran
entender la gran importancia de la muerte, sepultura, y resurrección
de Cristo. El versículo 47 nos describe la comisión que Jesús
dio: "y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón
de pecados en todas las naciones (judíos y gentiles), comenzando desde
Jerusalén."
Pedro era uno de aquel grupo a quien Jesús hablaba, y cuyo entendimiento
había sido abierto. Después de haber escuchado a estas instrucciones
dadas por el mismo Señor Jesús, Pedro unos pocos días después,
inspirado por el Espíritu Santo empezó a predicar. Los corazones
de los hombres fueron compungidos; y los oyentes sintiendo condenación,
dijeron a Pedro y los demás apóstoles: "Varones hermanos,
¿que haremos?" (Hechos 2:37). Pedro no vaciló, sino les respondió:
"Arrepentios, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo
para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu
Santo" (Hechos 2:38). "Así que, los que recibieron su palabra
fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas"
(Hechos 2:41).
Algunos dicen que Pedro les mandó a bautizarse en ese nombre porque eran
judíos, y que ese bautismo era para hacerles reconocer a Jesucristo.
Vamos por medio de la Palabra de Dios, a la casa de Cornelio con Pedro, unos
ocho años después del primer bautismo. Cornelio y su casa eran
gentiles, aún otra vez hallamos que Pedro "mandó a bautizarles
en el nombre del Señor Jesús" (Hechos 10:48). Si Pedro se
equivocó en el día de Pentecostés, él seguramente
tuvo amplio tiempo en que ser corregido antes de irse a la casa de Cornelio.
¿Se equivocó Pedro en el día de Pentecostés? Notemos
que cuando los oyentes fueron compungidos de corazón, "dijeron a
Pedro y a los otros apóstoles" (Hechos 2:37). Esto incluyó
a Mateo, quien escribió Mateo 28:19. También en los Hechos 2:14,
hallamos a Pedro "poniéndose en pie con los once." Mateo estuvo
allí, mas no hallamos de él palabras de corrección. El
seguramente hubiera intervenido si Pedro hubiese desobedecido al Señor.
Pero todos los apóstoles entendieron y cumplieron la comisión
del Señor. Como dijo Jesús en su oración, "He manifestado
tu nombre a los hombres (los apóstoles) que del mundo me diste; tuyos
eran, y me los diste, y han guardado tu palabra" (Juan 17:6).
Los samaritanos, quienes no eran judíos, también se bautizaron
en el nombre de Jesús. "Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad
de Samaría, les predicaba a Cristo" (Hechos 8:5). "Pero cuando
creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre
de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres" (versículo 12).
"Habían sido bautizados en el nombre de Jesús" (Hechos
8:16).
Vamos a ver cómo el apóstol a los gentiles bautizaba. El fue a
Efeso muchos años después del día de Pentecostés
y halló allí unos discípulos de Juan Bautista. "Les
dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?
Y ellos te dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo.
Entonces dijo: ¿En qué pues fuistes bautizados? Ellos dijeron:
En el bautismo de Juan. Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento,
diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de
él, esto es, en Jesús el Cristo. Cuando oyeron esto, fueron bautizados
en el nombre del Señor Jesús" (Hechos 19:2-5). Aunque ya
fueron bautizados estos discípulos, les fue tan importante que se rebautizaron
en su nombre.
No creemos que Pablo cambió el modo, o la fórmula del bautismo
cuando bautizó a Lydia y su casa (Hechos 16:14-15) o el carcelero filipense.
Este vino y cayó temblando delante de Pablo y Silas, diciendo: "Señores,
¿que debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor
Jesucristo, y seras salvo tú y tu casa. Y él, tomándolos
en aquella misma hora de la noche (poco después de la medianoche), les
lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos
los suyos (Hechos 16:30-33). ¿Cómo podemos dudar que Pablo les
bautizó usando el mismo modo que había usado antes?, es decir,
por inmersión en el nombre de Jesucristo.
Pablo no estaba con los apóstoles cuando Jesús les dio las instrucciones
finales en Mateo 28:19 y Lucas 24:47, mas hallamos que Pablo bautizaba en el
nombre del Señor Jesús. ¿De quién recibió
esta revelación? Notemos que el evangelio de Pablo no era tradición
de los hombres, sino una revelación de parte de Dios. "Mas os hago
saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según
hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino
por revelación de Jesucristo'' (Gálatas 1:11-12). Pablo fue escogido
para llevar el nombre de Jesús a los gentiles, y escribió catorce
epístolas a la Iglesia. A este apóstol, Dios le reveló
el misterio de la Iglesia "que en otras generaciones no se dio a conocer
a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles
y profetas por el Espíritu" (Efesios 3:5). Pablo reclamaba autoridad
divina: "Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que
os escribo son mandamientos del Señor'' (I Cor. 14:37). Y escribió
Pablo: "Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo
todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre
por medio de él (Col. 3:17). Bautismo en agua se hace en palabra y en
hecho. No podemos pasar por alto a este mandamiento a la Iglesia.
''Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo
la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo'' (Efesios 2:20). Los
apóstoles no solamente predicaban el bautismo en el nombre de Jesús,
sino lo practicaban también. En ninguna parte de la Biblia se puede hallar
donde bautizaban usando las palabras: "en el nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo." Les hallamos siempre bautizando en el nombre
de Jesucristo, cumpliendo así el mandamiento del Señor escrito
en Mateo 28:19.
Pablo dijo: "Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare
otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes
hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente
evangelio del que habéis recibido, sea anatema'' (Gal. 1:8-9). Sea ésta
una amonestación solemna.
Algunos dicen que aceptarán las palabras de Jesucristo, escritas en Mateo
28:19, pero no las de Pedro escritas en Hechos 2:38. Pero Pedro habló
en el día de Pentecostés bajo la unción del Espíritu
Santo. Pedro era uno de los apóstoles, y a él le había
sido dado las llaves del reino, y no tenemos el derecho de desechar sus palabras.
En Marcos 7:8, Jesús dijo: "Porque dejando el mandamiento de Dios,
os aferrás a la tradición de los hombres." La historia nos
cuenta que no fue cambiado el método y fórmula del bautismo en
el nombre de Jesucristo, hasta muchos años después de los apóstoles.
(Véase el ''Diccionario de la Biblia por Hastings": Vol. uno, Pagina
241). ¿Cuál es más importante para usted, el mandamiento
del Señor, o la tradición de los hombres?